Seguramente habrá más de una ocasión en la que tu amigo peludo tenga que acompañarte en un viaje en coche. Ya sea para vivir una aventura juntos en algún estupendo lugar al aire libre, para acudir a una cita en el veterinario o para una infinidad de motivos.
La seguridad y comodidad de nuestras mascotas a bordo es fundamental y no es una mera cuestión de afecto por nuestro mejor amigo canino, sino un requisito estipulado por la normativa de tráfico, que marca unas normas de cómo viajar con perro en coche.
Artículo 18. Capítulo 3. Reglamento general de circulación
Otras obligaciones del conductor.
El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía.
A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos.
Es decir, no existe ningún impedimento para que nuestras mascotas viajen en el coche con nosotros siempre que no distraiga, moleste o interfiera en la conducción. Y esto solo es posible si el can va atado, tras una reja o en un trasportín.
En resumen, el único modo en que tu perro puede ir suelto en el vehículo es separado de ti por una rejilla de separación, lo cual no garantiza su propia seguridad durante el recorrido.
Sistemas de retención para viajar con perros
La mejor manera de llevar a tu mascota en coche es siempre aquella que se adapta a las condiciones del animal, tanto en lo que respecta al tamaño como a su carácter y a los miedos que pueda generarle el viaje.
Rejilla/barrera
El perro va situado en el maletero y separado del habitáculo por una rejilla o una barrera homologada.
Si bien este método le permite la libertad de movimientos, tal y como adelantábamos, esto constituye un problema serio para su seguridad al no evitar su desplazamiento en caso de accidente, maniobra brusca o impacto.
Arneses
En el mercado encontrarás dos tipos de sistemas, los de un punto de anclaje y los de dos. Si bien está permitido y es completamente legal su uso, el arnés de un solo punto ofrece menos garantías, ya que el perro puede salir despedido igualmente en caso de colisión.
Lo mejor y más seguro es el arnés de dos enganches, que evita que el animal se desplace en caso de un accidente o maniobra brusca.
¡Ojo! Comprueba que el arnés es del tamaño adecuado para que su holgura no permita que el perro pueda golpearse contra los asientos delanteros y compleméntalo con un accesorio adaptado al anclaje del cinturón de seguridad.
Transportín
Vale que un encierro no es el viaje idílico que espera tu perro, pero desde luego que este es el mecanismo que aporta mayor seguridad durante los desplazamientos en coche.
Si tienes un perro grande, el mejor lugar es el maletero. Sitúa el transportín en dirección transversal a la marcha y pegado a los asientos traseros. Para perros pequeños es mejor colocarlo en el suelo del vehículo, justo detrás del asiento del copiloto o del conductor.
Lo que NO debes hacer
Sorprendentemente, la mayoría de los trayectos en coche con una mascota se hacen con el animal suelto, mayoritariamente en el maletero, aunque también es bastante frecuente observar perros en el asiento del copiloto o tumbado en los asientos traseros.
El peligro de llevar un animal suelto en el coche es altísimo, ya que no solo puede salir despedido en caso de colisión, sino que puede interferir en la conducción.
Llevar al perro atado con la correa a un collar es muy peligroso, ya que una sacudida puede tener un desenlace fatal. Un collar nunca es una buena opción como complemento de seguridad para un viaje en coche.
El transportín es un método aconsejado, pero no debe usarse combinado con el cinturón de seguridad del vehículo. Situar la caja sobre los asientos y tratar de asegurar su estabilidad con el cinturón de seguridad es un error.
En caso de accidente no ofrece el amarre necesario y el animal puede verse perjudicado con el golpe, dañando también a los ocupantes del vehículo.
Recomendaciones para viajar con perros
Aunque parezca latoso, viajar con perros en coche no tiene por qué ser una tarea difícil, sino todo lo contrario. Si acostumbras a tu perro al coche desde pequeño y no consientes en que el animal ocupe un puesto que no le corresponda, el viaje puede ser una fantástica aventura.
A continuación te indicamos unas pautas para que vuestro viaje juntos se desarrolle de la mejor manera posible:
- Si tu perro no se da acostumbrado a viajar siempre puedes administrarle algún relajante natural como las Flores de Bach para hacerle el viaje más agradable.
- El can no debe comer en las horas previas al viaje. Algunos animales se marean en coche y tener el estómago solo te garantizará acabar limpiando la tapicería.
- Salid a pasear antes del viaje. Asegúrate de que hace sus necesidades, se desahoga un poco y tiene margen para volver a la calma antes de viajar. Estará más relajado y el viaje le resultará más placentero.
- Pocas cosas producen más estrés que cargar el coche antes de un viaje. Y para nuestra mascota no iba a ser menos. Intenta que tu amigo sea el último en ocupar su lugar antes de emprender el viaje, le evitarás un nerviosismo innecesario.
- Si se trata de un viaje largo es conveniente llevar agua para tu amigo peludo y hacer paradas frecuentes para beber, hacer sus necesidades y moverse un poco.
* Sé cuidadoso al abrir la puerta si lo has soltado antes. Con la emoción puede saltar del coche y tener un accidente.
- Si tienes que dejar al animal un momento solo en el coche (un momento, no durante horas), es conveniente que dejes las ventanas un poco abiertas.
*Nunca, jamás, bajo ningún concepto dejes a tu perro dentro del coche con las ventanas cerradas cuando hace calor, ya que unos breves minutos pueden ser letales.
Viajar en coche con perro no tiene por qué ser un momento estresante, ni para él ni para ti. Prueba a entrenar con pequeños viajes en los que el can se acostumbre a los ruidos, los movimientos del vehículo, los amarres y el espacio reducido.
Ve a algún destino que le resulte agradable y le resultará más sencillo asociar las peculiaridades del viaje con algo placentero. Haz del proceso algo progresivo y feliz. ¡Y buen viaje!